sábado, 15 de junio de 2013

San Lucas Ojitlan Oaxaca, costumbres y tradiciones

Tuxtepec, Oaxaca.-Las tradición del día de muertos se ha conservado durante años en el pueblo mexicano y sobre todo en las regiones indígenas de Oaxaca que año con año celebran a sus fieles difuntos con ofrendas, música y oraciones.
En San Lucas Ojitlan Oaxaca dan apenas las 5:30 de la mañana, aun se puede sentir el sereno fresco en el aire las calles con el alumbrado público permiten ver a las personas que comienzan a llegar a la iglesia del lugar para la misa de las seis de la mañana en celebración a los difuntos, llegan de diferentes lugares, vienen señoras con niños, ancianos, jóvenes, varias de las personas cargan con ofrendas florales, veladoras y velas.



 La iglesia por lo tanto es muy grande situada en lo alto de una loma y que cierta vez esta iglesia sirvió de refugio en una inundación hace muchos años, en su interior se observan grandes estatuas de santos, la escasa iluminación de las velas hace que el lugar se vea tétrico y el olor de las flores de cempazuchilth mezclados con el copal y el humo de las velas dan ese toque especial en ese día.

Las campanas dan los últimos repiques anunciando el alba y con ello inicia la celebración del día de muertos, en el interior de la iglesia se escuchan las voces de las más de cien personas allí reunidas a pesar de que en la región de la Chinantla se habla el dialecto chinanteco la misa aun suele llevarse a cabo en el idioma del Latín y las personas acostumbradas lo siguen con normalidad.




Al terminar la celebración la mayoría de las personas inician su caminar hacia el cementerio del lugar, para llevar sus ofrendas y convivir con sus difuntos, en el trayecto al cementerio se puede observar a las afueras de las casas, altares enormes decorados con hojas de limonaria, cintillo, además de las tradicionales flores de cempazuchilth o flor de muerto, y la flor moco de pavo, entre otras flores, el colorido en los altares va desde el amarillo intenso, combinado con rosa mexicano, verde y blanco, las personas han colgado frutas en los altares y otros se encuentran poniéndoles tamales, mole, café y atole, porque era lo que en vida comieron los difuntos y otra vez se siente ese olor a copal y a celebración del día de muertos.




 Al llegar al cementerio se puede ver una grandísima multitud de personas mezcladas con las flores y las luces de las velas, en uno que otra lapida se ven a los familiares de los difuntos reunidos alrededor haciendo rosarios o simplemente cantando con el mariachi o algún grupo local para dedicarle sus canciones favoritas.
El reloj marca ya las 8:00 de la mañana y siguen arribando al cementerio más y más personas y así como llegan también muchos se van, desde el cielito lindo, amor eterno, el rey y otras canciones típicas en la región se escuchan en el cementerio y los mariachis ni las marimbas dejan de sonar en todo el día, tanto

que hay puestos ambulantes de comida alrededor de la calle, y carpas en donde se vende agua, refrescos y sin faltar la cerveza para todo el visitante acalorado.
Unos lloran, otros ríen y conversan, mientras muchos platican y recuerdan a sus difuntos, con la única finalidad de recordarlos en este día y tratar de que las tradiciones no se pierdan y se mantenga en las costumbres de sus pueblos y de sus habitantes, y la noche comienza a caer y con ello queda el olor a flores y copal, las diminutas luces de las velas que se mezclan entre sí para alumbrar el camino de las almas de los difuntos después de haber convivido con sus familiares y terminar así el día de muertos.




El caldo de piedra
Tuxtepec, Oaxaca.- El caldo de piedra, suele sonar un poco raro que alguien coma piedras, y sobre todo hacerlas en caldo, pero este es uno de los platillos típicos de la región Chinanteca.
En el poblado de San Felipe Usila, situado al norte del estado de Oaxaca, suele prepararse este platillo, es aquí en donde nace, es transmitido de generación en generación, preparar este platillo es casi un ritual, en el que participan hombres y mujeres.

Pero principalmente son los hombres que por tradición, se encargan de preparar el caldo de piedra, primeramente, se encargan de ir a pescar, mojarras pequeñas del rio, y camarones, estos los mantienen vivos hasta que llega la hora de preparar el caldo es cuando los aliñan.


Se sirve en jícaras, que son las mitades de un fruto que da un árbol llamado jícaro,  y cuando están grandes se cortan por la mitad, se le quita la pulpa, y la cascara que será la jícara, se pone a secar para que se pueda usar para servir el caldo de piedra.
En la jícara, se pone un pescado limpio, los camarones, salsa de tomate, rebanadas de chile serrano,  una rama de epazote, y otros acostumbran ponerle acuyo o hierba santa, se le agrega agua, y una pizca de sal, posteriormente se le agrega una piedra de rio limpia, y caliente, que este al rojo vivo, estas son puestas en una hoguera que hacen en un agujero de la tierra con anticipación a calentar, para que al entrar en contacto con el agua y los ingredientes, estos hiervan y el caldo pueda comerse, cuando ya está cocido, se retira la piedra de la jícara, y a comer se ha dicho.
El caldo de piedra se acompaña con tortillas hechas a mano y al momento por las mujeres chinantecas, mientras los hombres hacen el caldo sirven el caldo. Asi que si visitas San Felipe Usila, no se te olvide probar el caldo de Piedra.



Flor de piña orgullo y tradición de Tuxtepec

Tuxtepec, Oaxaca.-El tradicional baile flor de piña, tiene aproximadamente medio siglo desde que empezó a formar parte de la cultura en Tuxtepec, Oaxaca.
Nace principalmente por darle una identidad propia a la región de Tuxtepec, ya que cada año era invitada a participar en la Guelaguetza, la fiesta de las siete regiones, que se celebra en el mes de julio en la ciudad de Oaxaca, por la cercanía que Tuxtepec tiene con el estado de Veracruz, siempre presentaban sones jarochos, en la Guelaguetza, por tal motivo se busca crear un baile que caracterice a Tuxtepec.


Fue en el año de 1958, cuando el presidente municipal de Tuxtepec, Ángel Vidal Brocado, solicita el diseño de una  coreografía, para la partitura de flor de  piña, creado por por el compositor Samuel Mondragón, al principio la composicion solo duraba un minuto, pero el tiempo para presentar el baile en la Guelaguetza era de ocho minutos, por lo tanto, se amplio, con temas de los diferentes municipios pertenecientes a Tuxtepec, para que esta fuera más amplia.



La coreografía de este baile fue diseñado por la profesora Paulina Solís Ocampo, quien era maestra de educación artística en la escuela Francisco I. Madero, la coreografía representa,  el valor de la mujer chinanteca, que hace los huipiles, y los porta con orgullo y sencillez.
en este baile participan señoritas de cada zona chinanteca, para representar el baile en la Guelaguetza, su vestimenta se comprende por huipiles de las distintas zonas chinantecas, acompañadas por accesorios, como collares, aretes, en un principio el baile se realizaba descalza, pero ahora se han adaptado huaraches de cuero, sus peinados son trenzas, adornadas con listones y su atractivo final es una piña adornada con listones.


En  la actualidad flor de piña es un baile muy aclamado en Tuxtepec Oaxaca, que se ha vuelto muy popular en los festivales escolares, en donde las más pequeñas, tienen el orgullo de presentar el baile, y es una forma de transmitir la identidad y tradición Tuxtepecana, a las generaciones nuevas.